¿Cómo internet contamina al medio ambiente?
¿Sabías que cada vez que subes una foto a Instagram, dejas un correo sin borrar en tu bandeja de entrada o escuchas música en YouTube, estás contribuyendo a la huella ecológica que equivale al 7% de la energía mundial?
Hoy en día, es difícil evitar el uso de internet porque la mayoría de nuestras actividades diarias son digitales. Sin embargo, es importante ser conscientes de que esto también significa un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero que afectan al medio ambiente.
En este artículo, queremos sensibilizarte sobre cómo utilizamos la tecnología. No se trata de satanizarla, ni mucho menos, sino de aprender a usarla de manera consciente para que podamos disfrutar de sus beneficios mientras cuidamos el planeta.
¿Qué son las emisiones de gases de efecto invernadero?
Son gases que absorben el calor que emana de la superficie de la Tierra que luego lo vuelven a emitir. Este ciclo atrapa el calor en la atmósfera terrestre, causando el efecto invernadero y contribuyendo al calentamiento global.
Existen diferentes tipos de gases de efecto invernadero, veamos cuáles son los más importantes y cómo perjudican al planeta.
Dióxido de carbono (CO₂):
Los gases de efecto invernadero, principalmente causados por la quema de materiales orgánicos como el carbón, el petróleo, el gas y otros residuos sólidos, son los principales responsables del efecto invernadero. Es importante destacar que estos gases pueden permanecer en la atmósfera durante miles de años, provocando así al calentamiento global de manera significativa.
Metano (CH4):
El metano se encuentra comúnmente en las emisiones de industrias y empresas que trabajan con gas natural y petróleo. Aunque no permanece en la atmósfera tanto tiempo como el dióxido de carbono, es al menos un 84% más potente en su capacidad para atrapar calor durante décadas.
Óxido nitroso (N2O):
Principalmente presente en el sector agrícola y ganadero, constituye una pequeña parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, de hecho, es hasta 264 veces más potente que el dióxido de carbono en un período de 20 años, debido a su larga vida útil en la atmósfera, que puede superar el siglo.
Gases industriales:
Este gas tiene un potencial mucho mayor para atrapar calor en comparación con el CO₂, siendo su capacidad miles de veces más alta. Además, permanece en la atmósfera durante cientos o incluso miles de años. Aunque representa solo alrededor del 2% de todas las emisiones, se utiliza en una variedad de aplicaciones, incluidos refrigerantes, disolventes y en la fabricación, a menudo como subproductos.
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Ahora sí, pasemos al tema que estábamos esperando.
¿Cómo el internet contamina al medio ambiente?
Cada vez que hacemos una búsqueda en línea, estamos emitiendo alrededor de 0.2 gramos de dióxido de carbono (CO₂), lo que agrava el efecto invernadero y contribuye al cambio climático. Pero eso no es todo, nuestras actividades digitales también tienen un impacto negativo en el medio ambiente.
Echemos un vistazo a algunos datos interesantes que nos proporciona la revista “Muy interesante en su edición N. 07” al respecto:
Correo electrónico:
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Un correo no deseado genera aproximadamente 0.3 gramos de CO₂.
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Un correo con un archivo adjunto de 1 MB produce alrededor de 19 gramos de CO₂.
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Un usuario promedio recibe alrededor de 2,850 correos no deseados al año, lo que equivale a 28.5 kilogramos de CO₂.
Motor de búsqueda de Google:
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Google maneja unas 47,000 consultas por segundo, generando unas emisiones de CO₂ de 500 kilogramos por segundo.
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Un usuario medio de Google, que realiza 25 búsquedas al día, pasa 60 minutos en YouTube y tiene una cuenta de Gmail, produce menos de 8 gramos de CO₂ al día.
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Sorprendentemente, atender las consultas de una persona en Google durante un mes consume energía equivalente a conducir 2 kilómetros en un coche de gasolina.
Consumo de videos en internet:
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Netflix consume alrededor de 451,000 megavatios-hora al año, equivalente al consumo de energía de 37,000 hogares.
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La reproducción de videos en plataformas populares genera unas 4,000 toneladas de CO₂ por minuto.
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YouTube muestra casi mil millones de horas de video al día, lo que resulta en la emisión de 6,000 millones de gramos de CO₂ diarios.
Y qué pasa con la música…
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Entre 200,000 y 300,000 toneladas de CO₂ se emiten anualmente en los Estados Unidos debido a la descarga de música en reproductores de MP3.
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Si escuchas un álbum repetidamente, puede ser más ecológico comprar un CD. Sin embargo, si escuchas una canción menos de 27 veces, el streaming resulta ser una opción más amigable con el medio ambiente.
Según un informe de Greenpeace alertaba que si internet fuera un país, sería el sexto más contaminante del mundo.
La huella ecológica del uso de Internet está teniendo un impacto cada vez más negativo en nuestras vidas. Según la revista “Muy Interesante”, si no tomamos medidas en los próximos 6 años, para el 2030, el sector de tecnología de la información y la comunicación podría consumir más del 21% de la energía mundial.
Es importante comenzar a utilizar Internet de manera consciente, y aquí te presentamos algunos consejos para reducir tu huella digital.
Greenpeace sugiere algunas acciones para reducir tu huella de carbono:
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Borra los correos no deseados y los de spam de tu bandeja de entrada. ¡Cada eliminación resta 0.3 gramos de CO₂!
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Cierra las pestañas que no necesitas en tu navegador. Además de mantenerte organizado, también ahorras energía.
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Descarga tu música favorita en lugar de reproducirla en línea. Esto reduce la carga en los servidores.
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Antes de enviar un correo electrónico, asegúrate de que los archivos adjuntos no superen 1 MB y comprímelos si es necesario.
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Aprovecha tu tiempo libre desconectándote y realizando actividades offline, como leer, caminar, cocinar o hacer ejercicio. ¡Cada pequeño paso cuenta para reducir nuestra huella de carbono diaria, que es de 0.8 gramos de CO₂ por usuario!
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Libera espacio en tus dispositivos eliminando archivos innecesarios y vaciando la papelera de reciclaje.
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Antes de pensar en comprar un nuevo teléfono, considera darle una segunda vida al que tienes. Puedes donarlo, venderlo o reciclarlo de manera adecuada.
Recuerda, cada acción cuenta y puede marcar la diferencia. ¡Juntos podemos trabajar para un planeta más saludable y sostenible para las futuras generaciones!
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¡Un abrazo!